No te acabes maun, que me quedo sin aire.
No te acabes agua de movimiento; de bonanza y rudimento.
No te acabes gota de aguacero que inundas mi fehaciente tranquilidad.
No te me vayas lejos, que la intemperie me azota sin tregua.
No me dejes desnuda y temerosa frente al porvenir.
Aguanta mi tempestividad y recoge mi labia de soledad.
Que llora.
Aférrate a mi ansiedad como si fuese parte de tu estructura.
Ahuyenta al grito de desasosiego que mi cuerpo se estremece
y muere.
Tómame mientras duermo para no sentir tu ausencia.
Despójame del iluso pensamiento en el que vivo;
Para que cuando abra mis ojos, recuerde que nunca estuviste
aquí.
Lloviendo.