domingo, 1 de septiembre de 2013

Mawënn



No te acabes maun
, que me quedo sin aire.

No te acabes agua de movimiento; de bonanza y rudimento.

No te acabes gota de aguacero que inundas mi fehaciente tranquilidad.

No te me vayas lejos, que la intemperie me azota sin tregua.

No me dejes desnuda y temerosa frente al porvenir.

Aguanta mi tempestividad y recoge mi labia de soledad.

                                                 Que llora.


Aférrate a mi ansiedad como si fuese parte de tu estructura.

Ahuyenta al grito de desasosiego que mi cuerpo se estremece

                                                     y muere.


Tómame mientras duermo para no sentir tu ausencia.

Despójame del iluso pensamiento en el que vivo;

Para que cuando abra mis ojos, recuerde que nunca estuviste aquí.



                                                               Lloviendo.



jueves, 23 de mayo de 2013

velada




Qué poeta ha de intervenir en el papel blanco, cuando tiene en su puñal la sangre

de su historia.

La penumbra de lo innombrable; lo invariable de la soledad y el ruido de las tripas 

titilantes.

Siento ganas de presionar la tierra,

convertir lo seco en fuego.

Ando con el rencor expuesto en mis venas.

Me estoy comiendo la materia con los ojos.

Estoy escupiendo palabras hexagonales.

Hoyos de estremecimiento. 

Llovizna de tejados sucios. 


Una naturaleza esquizofrénica me inunda hasta el cuello. 


Me deja con las manos nerviosas.

Incapacitada y estúpida ante este papel que me grita.

Quiero sentirme calma para que la verborrea me acongoje y me permita exprimir

lo que en mí cerebro caprichoso se almacena. 

Esperaré; impoluta hasta que lleguen aquí,


aquellas palabras que nunca vienen.