Era una poesía muerta, usada, insípida y cretina.
Observaba el paisaje aburrido y lo convertía en un paraíso
de plástico.
Mentía.
Me abrazaba porque se sentía amenazada.
Besaba a los ciegos para ocultarse
Jamás quiso ser destruida
recordada
No mató, pero sí calló.
Su silencio se ocultó por entre los labios desolados y
coléricos.
Ahora ella se encuentra ahí. Quieta y sigilosa.
Para no ser impasible entre las palabras esquizofrénicas,
manuscritas y leídas,
Muere