Ayer me desperté y no dije nada coherente.
Vociferé al viento silencioso que estaba loca. El viento aquél me levantó con fuerzas y me dejó caer, diciendome que la vida era así y que yo me estaba convirtiendo en nada.
Me hizo jurarle que intentaría caminar y que dejaría guardado entre los escombros del llanto un esperanza desconocida.
Hoy, ya no amo a nadie
Hoy, me envuelvo en el suspiro desalentador de la pena
Hoy, recojo los pedazos de mi piel que dejé caer por ahí.
Sin embargo hoy... yo quiero levantarme y vivir
No hay comentarios:
Publicar un comentario